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Imatges del benestar Imágenes del bienestar

CONCLUSIÓ DE LES DUES JORNADES DE DEBATS

CONCLUSIÓ DE LES DUES JORNADES DE DEBATS

Les dues jornades de debats a Can Xalant es van duur a terme amb èxit. Tant les ponències com els debats succesius es publicaran pròximanet en aquest blog.

IMATGES DEL BENESTAR - programa del seminari 18 i 19 de desembre - inauguració de la videoinstal·lació

Imatges del benestar

Motius de les migracions en la societat de consum globalitzada

 

Dimarts 18 de desembre

 

19h Seminari:

Robert Tomàs, economista. Àngels Pascual, sociòloga. Papa Sow, geògraf.

 

21h Inauguració de la videoinstal·lació de Claudio Zulian, Retrats de discursos/Els motius de l'emigració

 

Dimecres 19 de desembre

 

19h Seminari

Francesc Puntí, psicoanalista. Alain Blomart, antropòleg. Claudio Zulian, artista i director de cinema.

 

 

 

Els Ponents

 

Ángels Pascual de Sans

Llicenciada en Ciències per la Universitat de Barcelona, es dedica des de fa anys a l’ensenyament i a la recerca en el camp de les Ciències Socials. L’interès professional se centra actualment en temes de mobilitat, migracions i assentament de la població, i en metodologia de la recerca. És professora del departament de Geografia de la Universitat Autònoma de Barcelona i directora del Grup de Recerca sobre Migracions (GRM) de la mateixa universitat. Membre de l’Institut d’Estudis Catalans.

 

Papa Sow

Es Licenciado y Doctor en Geografía. Además de ser miembro del GRM, es actualmente colaborador del Grupo Inmigración y Sociedad de la Información (IMSI) del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Sus intereses de investigación científica se centran en: las migraciones internacionales de los senegaleses y de los gambianos entre África y el resto del mundo, y particularmente en Catalunya y en España; los inmigrantes africanos y las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación); las relaciones y conflictos de ideas e intereses dentro de las comunidades inmigradas; el comercio ambulante y sus dinámicas; los cambios familiares de los inmigrantes africanos, el género, la vida matrimonial y la producción en el contexto de la inmigración; la interculturalidad; los ahorros populares de los inmigrantes; la “diáspora” inmigrante; las mujeres y la exclusión social; las emigraciones históricas de los Catalanes y españoles en África; el codesarrollo y la cooperación al desarrollo, los ahorros populares.

 

Robert Tomàs

Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona. Actualmente es profesor del Departamento de Economía Aplicada de la UAB. Dos son sus principales áreas de interés: en primer lugar la denominada "cooperación para el desarrollo", en la que ha trabajado, investigado e impartido cursos desde 1983; en segundo lugar la problemática en torno a la pobreza, el consumo y el bienestar.

Su blog: http://lacomunidad.elpais.com/robert-tomas00

 

Francesc Puntí

Psicoanalista. Licenciado en psicología. Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Coordinador clínico y Psicoterapeuta de la UME, Institucion Balmes de Sant Boi de Llobregat.

 

Alain Blomart

Doctor en Antropologia i Història de les Religions per la Sorbona. Professor invitat a la universitat de Harvard (USA) i "Maître-Assistant" a la Universitat de Friburg (Suïssa). Desde fa 6 anys, coordina un postgrau a la Universitat de Barcelona sobre "Immigració, religions i identitat".

 

Claudio Zulian

Doctor en Estética, Ciencia y Tecnología de las Artes. Artista y director de cine. Su página personal: http://www.acteon.es/czulian

 

 

IMÁGENES DEL BIENESTAR - PRESENTACIÓN

Emigrar, desear

La decisión de emigrar se toma en origen por muy diferentes razones: sociales, culturales, políticas, biográficas. Aunque sea una cuestión esencial para la comprensión cabal del fenómeno migratorio, la motivación de la migración ha sido relativamente poco estudiada. El acento ha caído mucho más en la problemática de la llegada a destino, y, si acaso, de los avatares del viaje.

Las imágenes transmitidas por los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la creación de un imaginario del "bienestar" centrado tanto culturalmente -la sociedad de consumo- como geográficamente -Europa, Estados Unidos-. Un imaginario que constituye uno de los resortes principales para decidir emigrar y que, más allá de algunas apreciaciones genéricas, tampoco ha sido muy estudiado.

La intersección de los dos campos de estudio -migraciones y medios de comunicación- nos parece un terreno de suma importancia, cuya exploración puede permitir aclarar cuestiones culturales, sociales y políticas actualmente fundamentales.

El proyecto

Se trata de un estudio interdisciplinario y transversal del impacto de los medios de comunicación en los imaginarios de los lugares geográficamente alejados de Europa y Estados Unidos, esencialmente los lugares de origen de las migraciones que afectan a España. Un estudio donde quisiéramos conjugar diferentes saberes, desde el académico al artístico, puesto que este último, por ejemplo, supone una sensibilidad especial hacia aquellos aspectos de la cultura que por ser difícilmente cuantificables son raramente tenidos en cuenta.

Pensamos sobretodo en ciertas dimensiones culturales ligadas a los deseos, las expectativas y los afectos, y en general a la elaboración personal de una visión del mundo en la que confluyen elementos generales y biográficos, afectivos y racionales. Estamos convencidos de la necesidad de considerar los migrantes como sujetos portadores de proyectos y no como pasivos receptores de presiones económicas, sociales y políticas. Y menos aún como meros objetos de estudio.

Es la razón por la cual hemos decidido producir paralelamente una reflexión discursiva y una videoinstalación, una presentación audiovisual en la que no huiremos de aspectos subjetivos o impresionistas, en coherencia con el campo y la modalidad de la investigación, y en la que cabrá la palabra de los migrantes.

Nuestra ambición es también explorar nuevas formas de producción de la cultura que traspasen no sólo las barreras de las diferentes disciplinas científicas, sino también los campos de la expresión subjetiva (arte, literatura, cinema).

Consideramos que éste es el desafío al que nos encara el enorme desarrollo de los medios de comunicación que si, por un lado, zarandea la cultura del libro, por otra parte no consigue por ahora proponer formas "ciudadanas" de transmisión de la cultura.

Que es

Imágenes del bienestar es un seminario y una videoinstalación donde se investigan formas y génesis del imaginario del "bienestar" entre las personas que han decidido emigrar, con especial atención a grupos y personas que provienen de África -y que tienen una presencia masiva en Mataró, donde se sitúa Can Xalant. En esta perspectiva los medios de comunicación son objeto de atención particular.

El seminario reunirá a lo largo del último trimestre de 2007 un grupo de estudiosos que a través de este blog, de dos encuentros y dos conferencias en el Centro de Creación Contemporánea de Can Xalant de Mataró, irán definiendo y discutiendo los ejes de la cuestión.

En la videoinstalación se podrán ver entrevistas a los propios migrantes y entrevistas a especialistas en forma de retrato a los entrevistados.

 

Nosotros, los otros, la cultura y la economía


Al hilo de la aportación de Francesc (y de la incomodidad de Claudio).
El "nosotros" designa -en mi utilización- la pertenencia común a una cultura, en nuestro caso, la occidental moderna; lo que significa afirmar que nuestra subjetividad se construye en el marco de una cultura determinada; lo que no significa homogeneidad absoluta entre los individuos, ni inmutabilidad, ni no contradicción, ni mucho menos pureza. Me quedaría con la definición de Francesc:
"La cultura entesa com el conjunt de formes d'estar al mon que tenen els grups humans"
Diría también (y en esto sigo ahora a Raimon Panikkar) que las culturas son inconmensurables, incomparables: no hay manera de poder juzgar una cultura fuera de las culturas. Decir que otra cultura es inferior es haber decretado, previamente, que nuestra cultura es la medida de todas las demás. Así, no existiendo un espacio extracultural, el nosotros viene a significar simplemente la pertenencia a un modo particular de estar en el mundo.

En el tema de referencia, la migración, plantea un pregunta específica, puesto que el inmigrante, respecto a la cultura de recepción es un "otro" (un extranjero, un forastero), pero no todo extranjero, aunque viva y trabaje en el país. es visto como inmigrante. El inmigrante es otro específico. En Cataluña, actualmente, un inmigrante es una persona no europea y pobre, que ha venido para huir de la miseria; antes lo fue un andaluz, un murciano, un extremeño o un gallego, etc. Pero también los europeos que fueron a América (a hacer las américas). En estos y otros episodios parecido hablamos de "emigración económica", expresión en desuso, pero que he oído hace tiempo para diferenciarla de la "emigración política", en concreto de los republicanos huidos a Francia para escapar de la barbarie franquista.

Y lo anterior nos lleva a la economía. Una de las peculiaridades de "nuestra cultura" (id est. Occidental moderna) es la constitución de la Economía como una esfera separada, autónoma y dominante, lo que, como ya observó Polanyi, nos diferencia de otras culturas. Así, el inmigrante llega a una sociedad particularmente fragmentada -en relación con su cultura de origen. Esto tiene a mi modo de ver una consecuencia importante por lo que se refiere a la situación de "nativos" e "inmigrantes": al límite, y en la medida que el inmigrante es "mano de obra barata", sin otra exigencia que la que se desprende de su situación laboral, podría perfectamente quedar al margen de las formas culturales dominantes.

En la medida en que, cada vez más, como que identifica socialmente a las personas es su posición económica, y para el inmigrante, su situación legal (los papeles), este "otro" queda ya imaginado (si entiendo bien la distinción a la que Francesc alude), no por su cultura personal, sino como otro no occidental (o no catalán), es decir en términos puramente negativos, de oposición, de negación y de carencia: uno que no es como "nosotros" (pero este es también un nosotros imaginario) y que debería admirarnos. De la misma manera, es bien posible que desde los inmigrantes Cataluña sea simplemente este lugar de Occidente en el que trabajar, tener dinero y acceder a una posición social: aquí o allá, no es tan importante.

De la relación entre unos y otros sujetos, por encima de "nosotros " y "ellos" (como categorías imaginadas) surgen, constantemente, transformaciones culturales, que no podemos conocer en su complejidad y magnitud, como siempre, desde siempre.

ELS UNS I ELS ALTRES

En aquestes qüestions de la immigració fem servir un conjunt de categories que em semblaria pertinent interrogar. Em refereixo a l’ús del “nosaltres” i de “els altres” el “l’altre”. Categories que ràpidament ens situen en una o altre banda segons ens convingui en el discurs.
Ja fa força anys, als anys 50 – el psicoanalista J. Lacan rellegint Freud desenvolupa - entre altres coses- una dialèctica entre dues categories o registres d’anàlisi. Òbviament Lacan ho fa referint-se a la dialèctica del dispositiu analític, però que en el tema que ens ocupa em semblaria pertinent. Lacan parla d’un registre imaginari i d’un registre simbòlic cadascun dels quals comporta una dialèctica.
La dialèctica imaginaria referida al fenomen migratori, ens portaria a situar aquell “nosaltres” i “ells” en termes de diferències i contrastos. “Grosso modo” estaríem parlant de considerar els que migren a partir de les diferències respecte als nadius; que si són d’un altre color o tenen altres costums o tenen altres maneres de passar el diumenge. Aquest conjunt de diferències podria tant referir-se a dos subjectes com a dos col·lectius.
Lacan planteja que en la dialèctica entre subjectes, cal que el registre simbòlic intervingui a fi i efecte de apaivagar o permetre la relació. En efecte la dialèctica imaginaria sense el recolzament simbòlic, legal, porta al refús al “o tu o jo” sustentat en el conjunt de diferències imaginaries que incrementen la tensió violenta. Només cal escoltar determinades converses o declaracions referides a l’increment de les llistes d’espera al metge de la seguretat social o, com ha succeït recentment les crítiques a les lleis que igualen els treballadors immigrant als nadius respecte als drets laborals. Aquesta tensió especular, com deia tant es pot produir entre dos subjectes com entre dos grups. És en darrer terme el registre simbòlic que fa de mitjancer.
La cultura entesa com el conjunt de formes d’estar al mon que tenen els grups humans és un nom d’aquest registre simbòlic. Certament si solament ens fixem en el registre imaginari ens trobem amb una sèrie de tòpics sobre la cultura del “altre” i tanmateix de la pròpia que en darrer terme venen a dir que hi ha una cultura superior a la que els “altres” han d’entrar per a poder gaudir-ne. Darrera d’aquesta premissa, hi ha al meu entendre la idea que la cultura de la que procedeix l’immigrant és primitiva i que no casa amb la cultura occidental i moderna. Hi ha la idea que cal “educar” al immigrant en la nostra forma de vida i que cal també que es desprengui de les formes que porta del seu mon d’origen.
Aquesta dialèctica, com podeu observar, es produeix tant amb l’immigrant africà que va a Europa en la actualitat, l’emigrant andalús que va migrar a Catalunya als anys seixanta o l’emigrant català que va anar a Alemanya. Agafo aquests exemples per que només cal escoltar la admiració per la indústria i la cultura alemanyes dels catalans, els fenòmens imaginaris que ha produït la presidència de la Generalitat ocupada per una persona nascuda a Andalusia i els comentaris de molts polítics catalans sobre la necessitat de regular la immigració.




Aquest ordre de coses és simptomàtic. Ho és que hi hagi una tòpica en la que s’inclouen els “nosaltres” i “els altres”. De que fa símptoma?. De la nostra pròpia cultura. En efecte una cultura sustentada en el registre imaginari com és la nostra crea una mena de deliri sobre “l’altre”, però també sobre el “nosaltres”. Un deliri en el que els subjectes hi son inclosos encara que no vulguin.

Per exemple la idea de cultura autòctona, autònoma i peculiar diferenciada de les altres és símptoma de incultura, vull dir, que qui això delira, no sap o no s’ha preocupat de saber, de que està feta la seva llengua, la seva literatura o les seves maneres de menjar. Encara més podríem considerar la cultura com a la articulació de les diverses invencions i aportacions de cada subjecte i la aculturació de la que parla Levi-Strauss com l’intent de posseir o dominar aquest patrimoni com si fos un objecte susceptible de ser posseït o posat al mercat.
Lacan en anys posteriors a la formulació que abans esmentava respecte a la dialèctica entre el registre simbòlic i l’imaginari, articula un tercer registre que anomena real. En la qüestió que ens ocupa podria ser una bona categoria per a permetre fugir d’aquest afany, d’aquesta passió de la nostra cultura per a la confrontació imaginaria. Posar en joc el registre real suposa una certa equivalència respecte als subjectes, no tant en relació a allò que tenen o que son, sinó al contrari respecte a les seves necessitats, desigs o mancances. Considerar els subjectes en relació a les maneres de viure, com a cultura, sense apassionar-se per les diferències o igualtats, ni tampoc per deixar-se portar per una mena de correcció simbòlica que en darrer terme serviria per a tranquil·litzar les consciències i legalitzar les desigualtats, voldria dir al meu entendre dirigir-se a això real que parla Lacan que es resisteix a ser dominat per la tensió imaginaria o per la legalitat simbòlica.
Un procés de desidentificació cultural tan d’un subjecte com de certs grups, s’albira com a imprescindible per a poder accedir a allò real de cada subjecte més enllà si té papers o no, si és arquitecte o paleta o si menja amb els dits o amb forquilla.
Per dirigir-nos a allò real de cada subjecte, que no es una dada d’entrada, sinó que és un esdevenir, un encontre, alguna cosa nova que abans no hi era, cal voler-ho. És, al meu entendre, una qüestió de supervivència.
Una psicoanàlisi es podria definir com un procés de localització dels significants que ens conformen (ser simpàtic, poruc, catalanista o bon amant, encara que no ho sapiguem) i d’un posterior procés de desidentificació d’aquests mateixos significants per a poder copsar què hi ha més enllà d’aquestes pantalles imaginaries fantasmàtiques. Cada subjecte pot fer o no aquest recorregut. Depèn de si obté prou satisfacció d’aquesta tensió imaginaria.
I en efecte, hi ha subjectes que atrapats en aquesta dialèctica, en darrer terme satisfactòria, acaben desapareixent. Freud va aportar a la nostra cultura el concepte d’allò que va anomenar la “pulsió de mort” la principal força contra la que la civilització ha de lluitar. A això real ens dirigim.
Ben segur que hi ha subjectes que s’interroguen sobre aquesta qüestió, de com la cultura mira de posar fre a aquesta passió destructiva, de subjectes i de col·lectivitats. Qui estigui en aquesta cultura pot separar-se del “nosaltres” i dels “altres”. Dirigir-se a allò altre que ens curi de nosaltres mateixos, de qui som i de la por que tenim a deixar de ser-ho.

Parlem doncs de subjectes que conformen una cultura, una manera de viure que ens permeti saber sobre allò real que ens ocupa. Certament podem interrogar a qualsevol subjecte i de les seves maneres per a tractar amb aquest real inexorable que tendeix a l’anorreament i la desaparició.
Preguntem-ho a qui ve de fora. Preguntem-ho també a qui és aquí. Proposo que deixem de pensar que hi ha algú subjecte o col·lectivitat que tingui la resposta i que el pensar que, per exemple, la cultura occidental, la té, és símptoma del real que suposa la seva desaparició

AHORRO Y FINANCIACIÓN EN LA ECONOMÍA POPULAR

Economía popular

Las poblaciones africanas, tanto en el campo como en las ciudades, se mueven cotidianamente entre dos sistemas que, en general, coexisten sin problema. El sector moderno o formal y el sector popular o informal. La economía no escapa a esta regla general y, al lado de un sector formal y estructurado, en grave situación de crisis desde hace más de 20 años, se generan una amplia gama de estrategias de supervivencia y de generación de riqueza en las cuales una gran parte de la población africana encuentra los recursos para desarrollar su vida y su capacidad económica. Es el sector de la economía popular, el mal llamado sector informal.

Es este sector de la economía el que, en este momento y según la OIT, absorbe de un 50 a un 90% de la población activa de las ciudades africanas y representa entre un 30 y un 75% del PIB de los países africanos. La economía popular africana está compuesta por multitud de pequeñas empresas, en general familiares, aunque a menudo surgidas de sistemas de ahorro y crédito organizados por grupos de jóvenes o mujeres, son las llamadas tontinas, que veremos en el siguiente capítulo.

Esta economía popular se ha convertido en la actividad productiva más frecuente para la mayoría de la población africana, sobre todo en las ciudades, convirtiéndose en un freno a la extrema pobreza, el paro de los jóvenes, los apuros económicos de las mujeres "chefs de maison" y la descomposición social. Pero no es solamente eso, también se ha demostrado que es el sector económico en expansión, generador de riqueza, que tiene un enorme potencial emprendedor, vitalidad e innovación y una organización del trabajo basada en la tradición, en la solidaridad de grupo y en la ayuda social.

Límites de los créditos bancarios

Los sectores de población con menos recursos, sobre todo jóvenes y mujeres, tienen problemas para acceder a créditos bancarios o de financieras dentro del sector formal de la economía. Sus iniciativas empresariales no encuentran soporte en las entidades financieras, y el acceso a préstamos para afrontar necesidades familiares como la escolarización de los hijos o tratamientos sanitarios es impensable. La falta de propiedades o avales hace que los bancos no confíen en estos potenciales clientes y el acceso a la financiación necesaria para sus actividades deviene muy difícil. Por otro lado, estas personas tampoco están en disposición de asumir el coste de los prestamos bancarios, sus intereses, la rigidez en los plazos de devolución, etc.

El pequeño ahorro, cantidades de dinero inmovilizadas en una cuenta bancaria, tampoco es atrayente ni productivo. En aquellos lugares dónde el capital en circulación es escaso lo que interesa es que éste circule lo más rápidamente posible. Es decir, en África, ni los bancos ni las personas que necesitan pequeñas cantidades de dinero están interesadas en que éste se consigan a través de créditos financieros.

Iniciativas de ahorro, crédito y ayuda mutua de las poblaciones africanas

Pero todo lo mencionado no supone un importante freno para las iniciativas económicas de mujeres y jóvenes africanos ya que, desde siempre, las poblaciones africanas se han organizado según un sistema tradicional de ahorro y solidaridad que funciona de manera muy eficaz en todo África subsahariana. Recibe cientos de nombres distintos, cada idioma africano tiene una o varias palabras para denominarlo, susu, xitique, moziki, likelemba ...pero sobre todo se le conoce por tontina,  que, curiosamente debe su nombre al banquero italiano Lorenzo Tonti, que durante tiempo se presentó en Europa como el "creador" de éste sistema.

La tontina, un eficaz sistema financiero y de solidaridad, funciona en toda África subsahariana desde hace siglos, es una de esas prácticas mal llamadas tradicionales, que evoluciona con gran vitalidad para adaptarse a las nuevas necesidades de la población. El sistema básico es muy simple, un grupo de personas, generalmente mujeres, reunidas por afinidades que pueden ser muy diversas aportan semanal, mensualmente, una cantidad de dinero; el total reunido, utilizando diferentes sistemas de rotación, pasa a las manos de cada una de las personas que forman el grupo para ser invertido en lo que esa persona considere necesario (ceremonia de bautizo, gastos médicos, dote, inicio de un proyecto empresarial...), una pequeña cantidad del dinero depositado se utiliza para crear una caja de seguridad del grupo, para hacer frente a situaciones de crisis importantes.

Es al mismo tiempo un sistema de ahorro y de crédito, así como una caja de seguridad que excede las simples funciones financieras. La tontina es un sistema de solidaridad y asistencia basado en la confianza entre los miembros. La palabra dada basta como garantía, no se firman papeles, no se cobran intereses, no hay gastos de mantenimiento del sistema, el dinero que la persona se lleva no se "devuelve". Los miembros de la tontina aportan regularmente una cantidad de dinero (ahorro) y el sistema no se para, al cabo de cierto tiempo se inicia un segundo turno y la persona que había recibido una primera cantidad vuelve a recibir otra vez el dinero reunido (crédito).

Los diferentes sistemas de agrupación para crear una tontina son aquellos que la propia sociedad tiene para que sus miembros se asocien: grupo de edad, mujeres de una familia extensa, miembros de una cofradía religiosa, inmigrantes de un mismo pueblo en una ciudad, etc. etc. Así los miembros de una tontina no sólo se ayudan con el dinero recogido sino que se ofrecen entre ellos apoyo de cualquier tipo en situaciones de crisis, también es una red de influencias sociales, un lugar de encuentro.

No se puede entrar en una tontina únicamente porque se tiene dinero y se quiere aportar, un miembro así, en general, no interesa. El compromiso ha de ser mayor, el capital que se maneja es capital social, la tontina es, sobre todo, un grupo de solidaridad y ayuda mutua, implica una determinada forma de tejer las relaciones humanas, La tontina tiene una normativa de funcionamiento que todos los miembros han de respetar en cuanto a la rotación de los cargos, los horarios de reunión (se pagan multas por llegar tarde a las reuniones o por faltar sin causa justificada), el porcentaje que ha de ir a la caja de seguridad, el sistema de rotación, etc. Pero también están contempladas las excepciones, los turnos para recibir el dinero de la caja son flexibles, si la necesidad de uno de los miembros lo justifica puede haber un salto de turno o, en caso de necesidad, se contempla la posibilidad de recuperar lo depositado.

Tradicionalmente era un sistema utilizado por las mujeres para afrontar los gastos de ceremonias y celebraciones (bautizos, bodas, sabar, etc.), para comprarse ropa o joyas, pero, con la crisis económica de los últimos 20 años, las mujeres africanas han desviado estas cantidades de dinero para atender las necesidades en salud, educación... de sus hijos y de la familia o para crear pequeños negocios. Los jóvenes son el otro sector de población que, últimamente, utiliza este sistema para organizarse económicamente

Hay que hacer una clara diferenciación entre tontina y microcrédito ya que, tanto el funcionamiento formal del sistema como la percepción de beneficio, rentabilidad, etc. que hay detrás de cada sistema son muy diferentes. Frente a la lógica del capital, la lógica de las tontinas es la de la reciprocidad. Frente a la lógica de la acumulación, la banca popular favorece la rápida circulación del capital.

¿Se puede ayudar a estos sistemas de financiación y ayuda?

Esta es una pregunta difícil de responder, puesto que la respuesta depende de la capacidad de los donantes para adaptarse a esa lógica interna de la economía popular africana, basada en la supervivencia de la comunidad y no en la acumulación individual. Una lógica que defiende los valores comunitarios como una forma de responder a los problemas del grupo y que no cree en los beneficios monetarios individuales como factor de desarrollo de una sociedad.

En cualquier caso sería necesario un amplio conocimiento del modelo social en el cual surgen estas iniciativas y de las normas internas de funcionamiento de la economía popular y de los sistemas de ahorro, crédito y ayuda mutua de las poblaciones africanas para darles apoyo sin desestructurar los aspectos positivos que las caracterizan.

 

Lola López 

UNA NOTA SOBRE LA NUEVA POLÍTICA DE INMIGRACIÓN DE LA UE


Según "el País" (lunes 22 de octubre de 2007, página 6), la Unión Europea va a promover la llegada de inmigrantes cualificados, es decir, aquellos que tengan un título de educación superior.

Según la periodista, la Unión Europea dará "facilidades a los extranjeros con estudios superiores, para que se decidan por Europa en lugar de emigrar a Estados Unidos y suplan la falta de mano de obra que se avecina en el continente". Más adelante se remacha el clavo, recordando que "EEUU atrae al 55% de estos trabajadores, mientras que sólo el 5% llama a las puertas de la Unión". Además, "el 3,2% de los inmigrantes son inmigrantes altamente cualificados, mientras que en Australia se elevaban al 9,9% y en Suiza al 5,3%. En la Unión Europea, los altamente cualificados apenas representan el 1,72% de la fuerza laboral".

¿Por qué está la Unión tan preocupada? En una columna adyacente al artículo principal y titulada "La llegada de cerebros como tabla de salvación", escribe la periodista: "Bruselas está convencida de que la entrada de inmigrantes cualificados es una de las vías de salvación de la economía europea" porque "harán falta más jóvenes para pagar las pensiones".

Se reconoce en el texto que esta política es polémica, ya que, por un lado, es vista como una incitación a la fuga de cerebros, y , por otro, resulta una injerencia en las competencias estatales. También se recoge la opinión de la Secretaria de la Confederación Europea de Sindicatos, según la cual "no nos gusta que la UE decida qué inmigrantes son buenos y cuáles no. ¿Por qué sólo los cualificados? Europa también necesita gente en los demás sectores".

Como no puede pedirse a un artículo periodístico un análisis profundo, colaboremos desde aquí a una reflexión algo más matizada.

Destaca, en primer lugar, la preocupación por la, habitual, inferioridad respecto a los Estados Unidos. Que este país es un polo de atracción de inmigrantes cualificados es un fenómeno conocido desde hace mucho y que afecta, además, como es igualmente notorio, a los propios europeos y más palmariamente aún, a los propios titulados superiores españoles. Parece que las preclaras mentes de Bruselas despiertan ahora del letargo y se dan cuenta de las múltiple ventajas de tener una inmigración a la medida.
Curiosamente, el principal argumento, y que en el texto sólo aparece de refilón, es bien sencillo.

La empresas necesitan en esta "economía basada en el conocimiento" de trabajadores cualificados, en la perspectiva de un crecimiento cada vez mayor. Como la oferta interior parece que va a resultar escasa, hay que buscar personal en el extranjero y, para ello, hay que competir con los EEUU, que ya han mostrado el camino.
Los inmigrantes cualificados ofrecen además, ventajas suplementarias.

En primer lugar, los países receptores no han tenido que hacerse cargo de su formación. Más aún, en muchas circunstancias, la formación superior en estos países se ha realizado con cargo a la ayuda exterior. Así, los países "desarrollados" se benefician por partida doble. Por un lado, despliegan una ayuda más o menos generosa pero condicionada; por otro, reciben los frutos de esta ayuda en forma de personal formado que puede contribuir así a acelerar el crecimiento de la economía (y de los beneficios privados) No es extraño el énfasis del Banco Mundial para prestar fondos que fortalecieran la educación, y en particular la superior, en muchos países "en vías de desarrollo". O lo que es lo mismo, los países pobres se han endeudado par formar titulados que irán a trabajar a los países ricos.
Se reconoce por parte de los elaboradores de esta nueva política, que se va a acusar a Bruselas de "promover la fuga de cerebros de países en desarrollo. Por eso, el texto camina con pies de plomo y pide a los Estados de la UE que se abstengan de reclutar trabajadores en sectores necesitados de los países en desarrollo como el sanitario". Punto.
A falta de poder consultar el texto (aún no definitivo, parece), hay que admitir que esta argumentación brilla por su más completo cinismo. Eso si, reconoce las competencias de los Estados (punto polémico también), lo que reduce la responsabilidad de la UE, para los redactores, a una piadosa recomendación. ¿Hará falta recordar, como simple botón de muestra, la llegada masiva de médicos suramericanos a España en los últimos años?

En segundo lugar, serán los de mejor currículo los que serán admitidos, puesto que los países receptores se encargarán de seleccionar los aspirantes, con lo que, la "fuga de cerebros" será cualitativamente más importante.

En tercer lugar, y en el texto aparece como un argumento fundamental, estos inmigrantes son necesarios para pagar las pensiones de los europeos envejecidos. Curioso argumento, que va de la mano de los intentos descarados de privatizar las pensiones, a la vez que se reducen los impuestos, en particular de los más ricos. Si es por eso, y dado que por ahora los agoreros no han acertado, simplemente podría resolverse el hipotético problema con un sistema fiscal realmente progresivo. Pero el horno neoliberal no está para bollos sociales.


PREGUNTAS SOBRE VÍCTIMAS Y CONSUMISMO

Cara a nuestros próximas encuentros IRL, creo que es importante introducir algunos elementos de discusión más.

Ciertos aspectos de lo que ha escrito Robert en sus varias intervenciones me provocan algunas dudas.
Para empezar la rígida división entre “nosotros” –que seríamos ricos, opulentos, satisfechos- y “ellos” -que serían, además de inmigrantes, víctimas y explotados- me parece excesiva y conceptualmente peligrosa. Creo que ver a los inmigrantes actuales sólo como víctimas les despoja de la posibilidad de ser sujetos de sus decisiones. Por lo que se sabe a través de estudios recientes, los que deciden emigrar son a menudo los mejores de sus respectivos contextos; suelen estar relativamente preparados y son portadores de ambiciones personales. Si tuviéramos que pensar que son víctimas -¿de qué? ¿de un espejismo? ¿de un error?- tendríamos que pensar que nostros también lo somos.
En la rígida separación a la que aludía más arriba, el “nosotros” también es un problema. Yo no soy ni rico, ni opulento, ni satisfecho. Por lo que sé tampoco Robert. Entonces ¿somos inmigrantes? Aunque Francesc propone poéticamente considerarnos todos inmigrantes, creo que para poder razonar hay que definir algunas categorías, y nosotros no somos inmigrantes ni consumistas. Si personalizo el discurso es sólo para mostrar, con una ironía que espero se me perdonará, los límites del planteamiento de Robert, en el que desaparece la propia posición del crítico.
Tengo la impresión que el núcleo del análisis de Robert es más adecuado para describir la historia de la imposición del modelo industrial primero y consumista después, que para analizar la situación actual, al menos en sus tendencias de fondo.
Quiero recordar aquí los estudios de Néstor García Canclini y de Martín Barbero, que analizaban –siguiendo la pista que en su día abrió Michel de Certeau- cómo los “oprimidos” lejos de ser solamente empujados a comportarse de una cierta manera por el poder, son capaces de descifrar el contexto y volver a su favor algunos de los elementos de la opresión. Canclini, en concreto, muestra cómo algunas comunidades indígenas latinoamericanas se adaptan al contexto de las ciudades de centroamérica y consiguen, a la vez, sobrevivir y no perder el alma. Son sujetos –en lucha, pero sujetos- de sus decisiones.

Por otra parte, la condena sin paliativos del consumismo también me parece que dificulta el análisis del mismo. Después de Marx y Nietzche, para citar sólo los clásicos, deberíamos saber que si una cierta manera de organizar la sociedad funciona es porque es “humana, demasiado humana” o porque es una “necesidad histórica”. La pregunta que nos deberíamos poner es ¿a qué responde de íntimamente humano y necesario el consumismo? Creo que sólo así lo podremos criticar. Y la crítica nos pondrá la tarea más difícil, porque la pregunta siguiente será ¿Qué se puede proponer de más humano y necesario? Los estudios psicoanalíticos tienen mucho que enseñarnos en este punto.

Estos días he releído los capítulos finales de los tres libros donde Bataille afronta la cuestión económica: La Part Maudite, La Limite de l’Utile y La Théorie de la Religion. En general su análisis está ligado todavía a un contexto de producción industrial más que de consumismo postindustrial, y considera la guerra como el único medio –y por lo tanto como el peligro supremo- de destrucción de los excedentes. En La limite de l’Utile, sin embargo, apunta a una reflexión sobre el consumo –consumer- y viene a decir, muy hegelianamente, que la instauración del mundo de las cosas y el advenimiento de la ciencia es el paso necesario para deshacerse de las ambigüedades de los contextos míticos y religiosos anteriores. Sin embargo, la plena realización de un mundo donde el consumo de lo producido está desprovisto de toda sacralidad –no es de ninguna manera un sacrificio- coincide también con la máxima alienación. La salida que Bataille propone a esta situación es una salida mística en la que coinciden “la intimidad y la lucidez”. De ese modo nos indica la dificultad del problema.

 

Claudio Zulian